LOS MORTALES DESPIDEN A UNA DEIDAD DE LA MÚSICA

"LOS MORTALES TE ALABAMOS;

LOS DIOSES TE RECLAMARON"

Se lo conoció en televisión con una vestimenta estilo Elvis y sus movimientos pélvicos. El Gitano pronto se convirtió en un exponente del romanticismo y con éxitos como "Quiero llenarme de ti" o "Rosa, Rosa", se ganó el público femenino. Su primer gran convocatoria fue durante los Carnavales de 1971, cuando cantó ante 60.000 personas en el estadio de San Lorenzo.

Los rockeros no dudaron en despreciarlo. Lo calificaron de "producto comercial", de "meloso" y, por supuesto, de "grasa". Años después, el ambiente lo reconocería como la mayor voz seductora del siglo XX en argentina, sólo comparable con voces titáticas como las de Charles Aznavour, Joan Manuel Serrat; Frank Sinatra; Ricardo Montaner, entre otros.

Su personalidad magnética, rodeada de un enigmático carisma lo ascendió a la cumbre con rapidez. Hoy Sandro está considerado un maestro del rock, tanto por la gente como por exponentes de la música nacional.
En 1990, Charly García y Pedro Aznar lo invitaron a cantar en su disco "Tango 4". En 1993 realizó un show en el teatro Gran Rex. Se llamó "Treinta años de magia" y en sus 18 presentaciones fueron a escucharlo más de 60.000 personas.

 

 

De los escenarios al cine:

Sandro también fue conocido por sus actuaciones; trabajó en más de 15 películas en las cuales quedó inmortalizado junto a grandes actores de diferentes épocas. Además fue un humorista; sabía usar las palabras adecuadas para que un chiste o cualquier anécdota causara un efecto hilarante en los oyentes.

Pero como otros grandes artistas del pasado, quedó atrapado en sus adicciones. Todo parecía perfecto, tenía éxito... fans... una familia... pero su indomable vicio por el cigarrillo manifestó graves secuelas. Fumó 80 cigarrillos por día durante años. A pesar de los consejos de los médicos, no le impidió retirarse ni quiso abandonar a sus fans; los acompañó hasta el último minuto de su vida y los tuvo siempre en su corazón. Continuó cantando para su público, sin importarle que su salud continuaba deteriorándose. Siempre con una sonrisa, a pesar de su enfermedad; y repartiendo alegrías, siguió ofreciéndole al país y al mundo su romanticismo, su carisma, su buen humor, su talento... Para que él pudiera cantar con más facilidad, le adaptaron un respirador en el micrófono, que lo ayudaba a concluir sus recitales.

 

Hasta que cansado de llevar esa vida, a finales del año 2009 decidió someterse a un trasplante cardiopulmonar; la operación, a pesar de sus riesgos y muchas complicaciones, fue un éxito; pero los problemas comenzaron en la etapa post operatoria; su esperada recuperación se obstaculizó y así condujo por el último tramo de su vida, paralizándose sin previo aviso su carrera artística;  hasta que después de cuarenta y cinco días se encontró con su destino.

Luego de retener fuerzas para ver la llegada del año 2010 junto a su familia y seres queridos, Sandro entra al Valhalla el 4 de enero, dejándonos un legado musical que perdura... y perdura.

 
 

Sus "nenas" que no dejaron de rezar por su recuperación, recibieron la noticia como un duro golpe; el amor platónico de muchas mujeres de todas las edades se había marchado para siempre; llamado por los dioses para recordarnos que todo lo que amamos y deseamos  no nos pertenece.

Y la vida continúa, sin Sandro pero sí con su música, con sus temas más exitosos; con sus videos, con sus películas, con sus chistes narrados en el escenario, con sus bromas, con su sonrisa, con su recuerdo... para toda la eternidad.

Y aún cuando nosotros mismos ya no existamos, en una lejana época en la cual quizá las computadoras se vuelvan obsoletas, cuando Internet sea polvo cósmico y este intento de revista digital se desintegre en el tiempo, la voz de Sandro y el recuerdo de su imagen, continuarán palpitando en las almas de nuestros hijos y nietos.